Vivimos llenos de miedos, dejamos pasar oportunidades, nos conformamos con lo que tenemos porque tenemos miedo a pedir más, en ocasiones hasta creemos que no merecemos otra cosa.
La vida sigue su curso, el tiempo nunca se detiene, todo continúa en movimiento y por momentos nosotros permanecemos estáticos; y no solo dejamos las cosas tal y como son, sino que a veces hasta nos autocastigamos aguantando situaciones incómodas, incapaces de poder dar un giro y es en ese momento de nuestra existencia cuando nos olvidamos de nosotros mismos, nos acobardamos por los cambios paralizando hasta nuestros propios impulsos. Pero aunque existan señales de cambios que consideramos como ideas inapropiadas, disparatadas e inalcanzables decidimos vivir lo que debemos y no lo que queremos, porque ¡que idea tan absurda el querer ser más felices de lo que nos hemos permitido ser!
Increible mili
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